jueves, 15 de noviembre de 2012

Tiempo


Existen días en los que soy el objetivo de todas las balas que se han disparado. Soy un detective sagaz que busca en las miradas señales y pistas. Soy el pobre diablo que salió de pobre comprendiendo Wall Street y el adolescente paradójico que viaja en el tiempo por error.

Puedo ser muchos y ninguno. Puede ser mi mente, la que me engaña y me dice que estoy viviendo imágenes implantadas. Soñar no es una forma de vivir, no una respetable. Por que soñar es sentir, es volar, es tener y ser feliz sin mover un dedo.

Todavía no se puede materializar ni un gramo de jamón que provenga de la imaginación, hasta entonces queda ser engrane de la máquina a la que pertenecemos todos, sobra hacer escritos reflexivos y aparatosamente ridículos para resaltar que se añora lo imposible más que el mejor de los posibles. Puedo comenzar la más cruel de las flagelaciones sobre mí. Pero si como pieza de un robot no estoy contento no tengo porqué arruinarme las ideas.

Estamos aquí para ser herramientas y saberlo. Que somos herramientas y que alguien más nos maneja, allá a la distancia, con privilegios materiales y carencias de espíritu.

Nada me cuesta soportar, pensando que en algún momento del futuro transmitiré mi chispa. Que de las corrientes de alegría que provoque puedo vivir. Que de la felicidad de mi familia y seres queridos me puedo nutrir cualquier día.Toca ser pilar y objeto mágico. Es tiempo de buscar dentro de mí la porción divina que la vida me dio. Tomarla entre mis manos y construir.

Es tiempo de ser feliz, como un guerrero de los demás, tiempo de endulzar los ojos y sonreír de color miel.

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Hay quien calla para no equivocarse...
yo mismo debería hacerlo.