Las memorias se entierran en la arena y las regresan las olas, tiempo después y hasta lejos del mar.
Un día despiertas y tienes agua del recuerdo, ya no puedes escuchar en el presente. Tienes que sacarte las gotas del líquido de añoranza.
Así es como, de tus oídos salen brotes y manantiales, se forman los lagos, los ríos y los mares.
Naufragas, encuentras una isla y ya no puedes regresar.