martes, 16 de noviembre de 2010

Niños Verdes

En la lucha, como la que se hace por nacer, comienza el recorrido que en mi memoria no es igual.

Entre imagenes tan rápidas que mi cerebro no quiere procesar y entre personas infinitas que la memoria no me permite atesorar.

Todas las historias que no puedo conocer y que seguramente me tocarían la piel. Todos los amigos que nunca voy a tener, el monstruo respira y ellos se van.

Al tono fusilado de áquel que encontró la nota para llamar la atención, el acento de 'te vendo y me compras de a diez pesitos'.

La ballena de Jonás domesticada, que me ha visto reír y llorar, con la soledad entre cuanto cabrón y cabrona. El gusano mutante del amar, la víbora del kilometraje... Si le lanzo más piropos me vuelco en el amor y no es el caso pero es el quizá.

La ensalada de locos subterranea en la que vine a caer.


Mira nadamás cuantos ojos, cuanta miel les puso Dios y ellos bailan, marchan.


Perdone usted señor bigotón, disculpe la cara de zopenco señora embarazada pero es que acabo de descubrir la felicidad en un lugar que huele a meados y está re-putas-lejos de mi casa.

Este desfile de colores me empapa la cara. Que suenen las guapachosas de a diez señor vendedor, que venga el sonido de frenos, puertas y la estampida de primates.


Que me borren la sonrisa, a ver, ¿Quién jijos?