sábado, 11 de diciembre de 2010

399

El romance calavera, la polaridad de nuestros huesos. Tan escondidos ellos, tan hasta dentro y más allá lo vulnerable, lo que genera la vida.

El romance del cadáver. Yo ya me fui y tú te quedas, me enfrío en la nada y tú te quemas de mí. Mientras los gusanos comen, mientras la vida pasa de un lado a otro, mi imagen se queda, se desgasta.

El romance de lo espontáneo, de lo atrevido. Del lepton por el CHON.

Del quien sabe.



lunes, 6 de diciembre de 2010

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Por las noches me abría el pecho
con las uñas afiladas hurgaba entre mis tripas
está aquí de nuevo y que todo el mundo sepa
pero que nadie se acuerde.

Se sienten sus ataques, se come mi sangre
que me parta en dos la tristeza
y que en el dolor encuentre el alivio
que alguna vez busqué y hoy ya no me interesa.

Aquí estoy para ser olvidado
ya llegué para no importar un sorbete
que me de la espalda el mundo entero
que el no-existes siga para siempre.