¿Qué?

La pregunta básica, aclaratoria y raíz de muchos otras.

Estoy seguro que el  universo comenzó con un Qué y tal vez la respuesta fue un ¡Bang! . Dicen los científicos, yo pienso que Dios es más de Booms y el diablo más de Bangs.

Cuando Lucifer tiene su Magnum entre los dedos, Dios tiene barras de C4 entre sus cuernos.

Boom, es la risa grave y divina. Bang es la traición y el infierno decorado.

Entonces ese es el ¿Qué? de hoy: El universo.

¿Cómo? El inicio del universo proviene del final,  sólo así puede ser redondo.

Alguien lo detonará al final y así comenzaremos de nuevo. Por primera vez o por última.

You stole my star.


Abrimos los ojos, al mismo tiempo, despertamos. Tu mano está tomando la mía, soy el causante de tu risa.
Me miras y cada parpadeo es un respiro, cada segundo es un beso.

Todo es azul pero no triste, todo es calor pero no quemaduras y todo es agua que no puede ahogar.

Faro.

Te extraño.

Para volverte a tener voy a pagar el peaje, voy a caminar lentamente. Tendré paciencia y voluntad, para saber que está dentro de ti.

Adentro, entrañas, Te entraño y recuerdo. Cuando se movian los ojos hacia mí, las ganas y cada letra con la que me dijiste Te amo. Cada acción pensando en mí y cada segundo fuera del alcance.

Te adoro. Como a una diosa atormentada, mi Atenea. Mi Venus.

Sal de dondequiera que estés, porque estoy dispuesto a que tengamos lo nuestro.

Tuyo, mío, de nadie más.

De litros a gotas I

Habiendo encontrado el rito para llamarla, se puso a practicar el acento que caracteriza a los brujos. Afinó los sonidos guturales que representaban dioses y poderes. Pulió la línea del diafragma que delataba la intención y sentimiento. Estructuró la petición de forma pulcra y clara, de forma que no ocurriera algo desconocido e incontrolable.

Todo estaba listo esa tarde, más que perfecta para cruzar líneas naturales. Para unirse mano a mano contra todo, con tal de volver a verla, volver a oírla, llenar un vacío que nada mas podría, privar del paraíso al angel del alma. Que lo siguiera cuidando, que ese escudo contra las lágrimas se levantara en mil y un batallas.

Fue por el cuerpo de su ninfa y lo profanó con roces de su espada. Mientras, alguien miraba, en todos los puntos y se indignaba, se retorcía.

Ella regresó, pero ya sin alma. Con un corazón animal y sediento.

Lo mordió, le arrancó la cabeza , bebió su sangre con regocijo.

Y fueron arrastrados juntos, al infierno.